Sofía contemplaba por la ventana el precioso cielo azul, mientras pensaba en las tareas que debía hacer. Siguió mirando hasta que por fin vió el cálido mar; se quedó pensando...¿qué era más bonito? ¿el cielo o la tierra? No lo sabía, porque a la vez sentía una gran atracción por el mar. Necesitaba estar junto a él, pero a su vez le tenía miedo. Ella no sabía cómo combatir su miedo.
Andrea y Cristina
La niña Sofía iba caminando por una playa para intentar ahuyentar sus miedos, allí las olas retumbaban en sus oídos mientras observaba el cielo soleado. De repente oyó a alguien susurrar: era la tierra que hablaba con el cielo. Ella se quedó totalmente sorprendida. Discutían porque ella quería a los dos, pero sabía que tarde o temprano tenía que quedarse con una, ellos eran dos amores infinitos y llenos de luz. La niña quería mucho a los dos, no sabía lo que hacer... se quedo pensando... Sofía era muy linda y los dos querían quedarse con ella y empezaron a discutir. Ella, la niña, les dijo: Puede que tenga que elegir a una pero los dos sois muy brillantes y ¿por qué no me quedo con los dos?. Todos empezaron a pensar y el cielo y la tierra se colapsaron entre sí, al quedar asombrados por tanto amor.
Alba, Marcos y Fran
Se despertó. Era un día un poco raro para ella, iba a visitar el mar, porque estaba deseando verlo. Quería relacionarse con el mar y hacerse su amiga. Pero tenía un problema, el cielo y la tierra la querían para ellos solos, ¡cómo partirse por la mitad! Así, el cielo y la tierra seguían enfrentados y ella decidió que quería ser libre.
Andrea y Cristina
La niña se metió en el mar y allí murió ahogada porque en el fondo estaba enamorada de él. Sus ojos eran azules, como la luz que caía del cielo en una mañana de primavera, y brillantes como el sol que doraba la tierra en verano. Pero ella se marchó a vivir, libre junto a su amado, por siempre jamás. .y murió sumergida bajo las aguas del mar.
Alba, Marcos y Fran
AUDIORRELATO (ESCÚCHALO)
RIMA XVII
Gustavo Adolfo Bécquer
Hoy la tierra y los cielos me sonríen,hoy llega al fondo de mi alma el sol,
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...,
¡hoy creo en Dios!
Este poema personalmente me gusta porque es triste y tiene mucho sentimiento, esas dos facultades combinan muy bien.