El Poema que se escribió en la Luna

viernes, 6 de septiembre de 2013
Fotografía



Erase una vez un poema al que se le había descompuesto el vestido.  Salió de paseo para encontrar un artista que supiera hilvanar sus versos quebrados, y enlazar las palabras que arrastraba colgando.

Por más vueltas que daba sólo encontraba excusas, y otros ofrecían remiendos que estropeaban su natural elegancia.

Cansado, se sentó a esperar un ligero soplo que le inspirara
Yo no sé, le dijo la Luna al verlo tan triste.
 Te diré tan sólo lo que veo a lo lejos:
Que la cuna de un niño la mecen canciones y poemas,
que los gritos de angustia se ahogan con música,
que el canto de los pájaros describen melodías,
que los sueños se elevan envueltos en versos,
 y que el eco del amor engendró la poesía.
El poema, envuelto en su arquitectura maltrecha, esbozó una mueca amable y decidió subir hasta ella para verlo mejor.

Encontró un coro de niños, que silbaban aunados, ritmos ingenuos y palabras azules, que de inmediato comenzaron a renovar su vestido.
  ¡Y se hizo la magia! 

Los versos tomaron apresto, la música de sus puntadas encontró la canción, y el poema, antes apenado, se volvió esquema y conjunto. El ruido de su desdibujada figura se tornó armonía. El eco le devolvió el esplendor y la luz que perdió en los orígenes del día,  y que sólo con el brillo de la noche, su dueña, pudo recuperar.

Así que el poema decidió quedarse a vivir en la Luna, entre niños y estrellas, que a ratos convertían el vestido (del ahora acompañado poema) en música, y a ratos, la poesía que desprendían sus letras...se hacían canción.

Y colorín colorado, nuestros primeros poetas lunáticos, 

en la luna por siempre, 

se han quedado instalados.


Cuento escrito por Ana Galindo  dedicado a toda nuestra Primera Generación LunáTICa

¡Os queremos, LunáTIC@s!


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