¿Podré surcar los cielos?
¿Podré volver al mar?
Dímelo tú, blanca gaviota,
dueña y gobernante de las mareas
que vuelves a tierra en primavera.
¡Oh! Caracola terrestre que anclas mi alma,
a una eterna vida en sus miradas.
El cielo de sus ojos, el sol de su karma,
las miles de estrellas que orbitan
impacientes en su mirada.
Quiero perderme en el laberinto,
en el laberinto de tu playa de nubes
en busca de ese abrazo
que con su sol envolvente
pinta el cielos de colores celestes.
El SexTo NiveL
y
Ana Galindo
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